"Sólo el amor tiene el privilegio de romper las barreras del aislamiento: el amor hace que la misma cosa amada se una de algún modo al que ama. Es esa bienquerencia propia de la AMISTAD SINCERA lo que produce una íntima y profunda identificación que permite espontánea y como instintivamente desde el punto de vista del otro, configurarse con él y tener en la propia alma las resonancias afectivas que en el otro se dan. Cuando uno tiene amistad con alguien, quiere el bien para quien ama como lo quiere para sí mismo...y de ahí, sentir al amigo como otro yo: el poder gozarnos con su gozo, dolernos con su pena, experimentar viva y concretamente sus necesidades, ayudar sin que se humille, corregir sin exasperar, persuadir sin abrumar; de ahí la comprensión: obrar con los demás por virtud, como obramos con nosotros mismos por naturaleza."
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