"..no cabe la menor duda de que el conductor de aquel autobús era el epicentro de una contagiosa oleada de buenos sentimientos, que a través de sus pasajeros, se exendía por toda la ciudad. Aquel conductor era un conciliador nato, una especie de mago que tenía el poder de conjurar el nerviosismo y el mal humor que atenazaba a sus pasajeros, ablandando y abriendo un poco sus corazones"
Saturday, March 18, 2006
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